Jesús Saavedra
Chilpancingo, Gro., 08 de octubre (PlanB).- El cuerpo del sacerdote, Bertoldo Pantaleón Estrada fue sepultado en su tierra natal, Changata en la región de la Tierra Caliente de nuestra entidad, en medio de un sentimiento de dolor de sus familiares y amigos.
Este miércoles el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández encabezó en la comunidad de Changata, municipio de Ajuchitlán del Progreso la misa de despedida del cuerpo del sacerdote, Bertoldo Pantaleón Estrada quien fue encontrado asesinado el pasado lunes en un paraje la carretera federal Chilpancingo-Iguala.
De esta comunidad de la Tierra Caliente era originario Pantaleón Estrada, quien recién el pasado 2 de julio había cumplido 31 años de haber sido ordenado como sacerdote católico.
El féretro con el cuerpo del sacerdote salió de su domicilio en Changata este miércoles por la mañana y se dirigió al templo católico del “Señor de la Misericordia” de esta comunidad calentana en donde el obispo, González Hernández ofició la misa de despedida de cuerpo presente y donde participaron una veintena de sacerdotes.
“La muerte de nuestro querido sacerdote Bertoldo nos entristece y nos recuerda una vez más hasta qué punto es frágil la vida del ser humano, pero en este momento triste nuestra fe nos conforta y nos asegura que Cristo vive eternamente y que el amor que él nos tiene es más fuerte que la misma muerte, por eso nuestra esperanza no debe titubear”, indicó el obispo al recibir al féretro y al cortejo fúnebre en el templo del “Señor de la Misericordia”.
José de Jesús González Hernández dijo a los fieles católicos y familiares de Bertoldo Pantaleón Estrada que era un “momento muy triste y muy doloroso” y colocaron sobre el féretro su estola y su ornamento con el cual fue ordenado como sacerdote hace 31 años.
En su mensaje a los asistentes a este funeral el obispo recordó que Bertoldo Pantaleón Estrada ejercicio el sacerdocio en la diócesis de Chilpancingo-Chilapa “en esta comunidad de Changata aprendió a amar a Dios, al prójimo, a comprometerse con su iglesia, aquí le nació su vocación”.
Aceptó que para su mamá doña Josefa, hermanos, familiares, amigos y feligreses católicos “es un momento difícil de aceptar su muerte, duele porque estaba fuerte con salud el padre Bertoldo, trabajando después del sábado 4 de octubre, tuvo una misa a la 1 en una comunidad llamada Atzala, de ahí salió como a las 2:15 (de la tarde) y ya después no supimos nada, nada, los amigos, los parroquianos lo esperaban y no llegó”.
Indicó que el domingo día de misas “ya no estaba y me avisan que el padre no apareció, me regreso a Mezcala y junto con los demás (nos preguntamos) qué hacer, esperábamos que en cualquier momento saliera vivito, sano, hasta pensaba decirle ‘hay que susto nos sacaste’ viéndolo aparecer”.
Lamentó que el lunes lo hayan encontrado asesinado “lo encontraron a mediodía, estamos en su funeral, celebramos su velación, ayer en la mañana una misa de cuerpo presente pidiéndole a Dios que mire sus obras, que no mire sus faltas, sino sus obras”.
Pidió que “haya unión, amor entre nosotros, que haya reconciliación, que haya perdón, que no se pierda las muertes de nuestros seres queridos así nomás; le pedimos a Dios el perdón, la paz, la salud, la unión, el progreso” y dijo que el nuncio en México, Joseph Spiteri envió las condolencias a la familia.
Una persona intervino a nombre del sacerdote intervino y agradeció que compartieran el dolor por el que están pasando, contó algunas anécdotas que vivieron con el padre, “muchas veces vivimos con el odio, con el rencor, con la envidia, pero todos somos hermanos, hijos de Dios”.
En el panteón el féretro fue despedido por el obispo y uno de sus hermanos agradeció “el cariño y amor que le tienen a nuestra familia, Berto es el número 6 de los 11 hermanos que somos, el señor le llamó al ministerio; nos sentimos contentos y orgullosos de mi hermano por haber llevado la paz y el consuelo a muchas familias. Es el legado que nos deja nuestro hermano ser luz a donde quiera que llegamos”, finalizó.
