Bernardo Torres Morales
Chilpancingo, Gro., 03 de noviembre (PlanB). – La confrontación que mantiene la Policía Comunitaria de los Pueblos Fundadores y el grupo delincuencial Los Ardillos ha dejado al menos 66 personas muertas y 23 desaparecidos de dicha corporación, de acuerdo con datos del Consejo Indígena y Popular del Estado de Guerrero (CIPOG-EZ), quien este fin de semana sostuvo un nuevo enfrentamiento con presuntos miembros de ese grupo que dejó un saldo de tres personas muertas y siete heridos en la localidad de Ayahualtempa.
Mediante un comunicado conjunto, el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) condenaron el ataque registrado el pasado 31 de octubre, en el que además fue atacada a balazos la camioneta en la que se trasladaba el representante del CIPOG, Jesús Plácido Galindo, quien resultó ileso.
En lo que va de los últimos 10 años, destaca el comunicado, esta espiral de violencia ha dejado una cifra de 66 integrantes asesinados y 23 más desaparecidos, víctimas de la violencia extrema ejercida por los grupos criminales, como Los Ardillos.
Señalaron que esta violencia busca imponer el despojo territorial, castigar la lucha digna por la vida, y buscar imponer la miseria, explotar los recursos a través de la violencia en contra de las comunidades indígenas.
«Se trata de una estrategia de guerra, que combina represión, militarización, criminalización y asesinatos a mansalva para desarticular la organización comunitaria».
Acusaron que esta serie de ataques y violencia ha sido tolerada por los tres niveles de gobierno, por lo que se convierten en cómplices de la violencia paramilitar contra los pueblos que conforman la CRAC-PC-PF.
Ante esto, el CIPOG-EZ y organizaciones solidarias, exigieron a las autoridades estatales y federales se haga justicia por sus tres compañeros caídos el fin de semana y se garantice el acceso a la salud de los siete que resultaron heridos.
