Redacción
Guerrero, 31 de octubre de 2022 (PlanB). Productores de arroz de los municipios de Huamuxtitlán y Alpoyeca buscan detonar la economía en la región de La Cañada para lo cual necesitan un molino de arroz pues actualmente lo abaratan en el estado de Morelos, por lo que llamaron al gobierno federal y estatal para adquirir la herramienta.
Actualmente un grupo de 90 campesinos de la región producen 750 toneladas de ese grano en 110 hectáreas, sin embargo, hay una capacidad de producción de 2 mil toneladas, si se sembraran las 300 hectáreas que hay disponibles.
Los campesinos buscan incrementar la producción con apoyo de prácticas agroecológicas pero requieren del molino pues en la región ni siquiera ellos han comido su arroz porque no tienen un molino y se ven obligados a venderlo, a bajo costo, al de Cuautla, Morelos, para que sea procesado, empaquetado y vendido.
Informaron que actualmente no siembran más porque no les genera las ganancias necesarias, ni para volver a sembrar, debido a que no cuentan con un molino de arroz y deben de pagar el flete de 550 pesos por tonelada para enviarlo a Cuautla donde les pagan a solo 7 pesos el kilo.
En el molino del estado vecino el arroz es procesado, primero se les retira la cáscara a los granos, y pasan al pulido en el que se les quita la cutícula que los cubre puedan queden blancos, posteriormente los granos se separan por tamaños, también el quebrado se aparta, en estos también se produce la harina.
Los productores comentaron que han investigado y que el kilo de arroz que ellos venden al molino en Cuautla, ellos lo venden a las empresas entre 24 y 26 pesos el kilo, las cuales lo empacan con diferentes marcas y que en los centros comerciales se vende hasta en 60 y 70 pesos por 900 gramos, porque es un arroz grande que se utiliza para platillos como la paella.
Comentaron que el molino nuevo, con toda la estructura que requiere para su funcionamiento tiene un costo de 40 millones de pesos, pero entre las opciones que encontraron y la que reduce considerablemente su costo hasta 20 millones de pesos es comprar uno de uso, pero en buen estado en Estados Unidos.
En una reunión con productores en el antiguo molino de arroz un empresario local Hermilo Muñiz Nava se comprometió a donar una hectárea de terreno para la instalación del molino y el alcalde morenista Aurelio Méndez Rosales a gestionar ante los gobiernos estatal y federal recursos para la compra del mismo.
El alcalde afirmó también que ya ha entregado solicitudes a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y directamente en al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador en una visita que realizó a Guerrero, en las que ha planteado que se apoye a la región para detonar la producción del arroz, y que en una reunión el secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del estado Jorge Peto Calderón se comprometió a atender estas solicitudes en el presupuesto 2023.
Época dorada y el TLCAN
Campesinos, asesores técnicos, empresarios locales y el gobierno municipal recientemente se organizaron en busca de reactivar la economía del municipio mayoritariamente agrícola, y coincidieron en que el momento de mayor abundancia y crecimiento económico en la zona fue en las décadas de los 60, 70 y 80 en la región conocida como La Cañada, y que se desplomó a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Los productores recordaron que las décadas de los 60, 70 y 80 como “la época dorada” de la producción de arroz en el municipio, en la que los campesinos podían vivir de sus cosechas de arroz y no había migración a los Estados Unidos.
Contaron que, por las condiciones geográficas, el clima y la calidad del agua con la que riegan los cultivos se produce un “un arroz de calidad” y que en su momento fue “bien pagado”, y se exportaba a España.
Incluso comentaron que en temporada de cosecha había “coyotaje” y al municipio llegaban decenas de compradores hasta las parcelas para acaparar la compra y ellos a su vez venderlo a los molinos de arroz en otros estados o en el propio molino instalado en la cabecera municipal de Huamuxtitlán.
Tras la entrada en vigor del TLCAN y la llegada al país de arroz extranjero de bajo costo, los molinos de estados vecinos y de Huamuxtitlán, dejaron de comprar el grano a los campesinos de la región, por lo que tuvieron que cambiar de cultivo al maíz y frijol por lo que sus ingresos bajaron considerablemente por lo que hubo una importante migración de jóvenes a los Estados Unidos.
Ahora que están retomando la producción de arroz uno de los principales problemas que enfrentan es que no hay trabajadores para las cosechas, por lo que este año se organizaron para comprar una trilladora (cosechadora) con cooperaciones de los productores, otra parte que aportó el gobierno municipal y una tercera de la Asociación Civil Congregación María Trinitaria.
Sin embargo, esta trilladora no da abasto para la cosecha del arroz en todas las parcelas por lo que muchos campesinos aún azotan las espigas a mano en tinas para desprender el grano.
En las parcelas la técnica social Alondra Sánchez Pérez y el técnico agroecológico Manuel Alejandro Álvarez Ramos, que forman parte del programa de Producción para el Bienestar que están en el esquema de acompañamiento informaron que en la región hay potencial para la producción de arroz.
Pero que el vender su arroz al molino de Cuautla no es redituable y explicaron que los campesinos podrían pasar de “perder menos 20 mil pesos a ganar 100 mil pesos en una cosecha si pudiera maquinar su arroz y poderlo vender”.
Plan B.
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