Del calor y la lesión medular

Por Francisca Meza Carranza

*Francisca Meza es comunicóloga, reportera con discapacidad y editora general de Plan B.


Cuando supe que tenía una lesión medular lo último que pensé es que la autorregulación del cuerpo cambiaría o, mejor dicho, desaparecería.

Es vox populi que la reciente ola de calor afecta a todos y que se debe tener principal cuidado en adultos mayores y niños, sin embargo, tener una lesión en la médula cervical o dorsal alta lo hace aún menos llevadero, sobre todo si no hay movimiento.

Los lesionados medulares debemos hacer lo posible por mantener el cuerpo a una temperatura que no implique un riesgo extra a nuestra salud. Como yo digo, enfriarnos manualmente.

El uso de compresas, trapos mojados y atomizadores pueden ayudar a mantenernos frescos y,  como los carros, el cuerpo no se desviele. Y es que mantenerse en exposición directa a ventiladores o aire acondicionado tampoco nos va bien.

Lo anterior es básico a la hora de hacer ejercicio, aunque por el calor la actividad también se ve disminuida.

Con el calor y la humedad incrementa también el riesgo de escaras, o úlceras por presión como se conocen ahora, por lo que es importante estar en constante movilización o movilizar a las personas que no pueden hacerlo por sí mismas.

Como en los productos sensibles, es recomendable mantenerse fresco y seco, más aún cuando se usa pañal porque también abona a la aparición de úlceras, además de rosaduras o infecciones.

Entre las recomendaciones también hacemos caso a las generales: vestir ropa fresca o adecuada para el clima, mantenerse hidratados y no exponerse prolongadamente al sol, en este último es muy importante porque regular el cuerpo tras una insolación es difícil y porque al tener la sensibilidad alterada no percibimos las quemaduras.

A manera general esto es un poco de lo que un lesionado medular enfrenta con el calor; en mi caso, este año mi cuerpo ha comenzado a recuperar un poco la sudoración, lo que disminuye esa sensación de tener calor y no poder sudar, no poder enfriar tu cuerpo naturalmente, como lo viví por casi tres años.

Sigamos avanzando y que nos sea leve el calor…

Síguenos en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Facebook
Twitter
Instagram